viernes, 2 de enero de 2009

«Abandonados a su suerte»

«Compré una buhardilla en Bilbao por 95.000 euros, pero la inmobiliaria me lo subió a 126.000 euros. Me aplicaron una comisión exorbitante», me comentaba un cliente no hace tanto tiempo.
Tiene trabajo «más o menos estable», pero entre febrero y abril «no pagué las cuotas de dos hipotecas, una que pedí para la compra de la vivienda y otra que pedí para rehabilitarla por su mal estado». Entre mayo y junio «quise ponerme al día, pero no me aceptaron en mi banco de siempre» e iniciaron el embargo de su vivienda.
«Me dijeron que para levantar el embargo tendría que hacer un desembolso de la totalidad del préstamo. En vez de ayudar a uno a mejorar y poder cumplir, lo que hacen es acabar de hundirte».
Ante su insistencia, le dijeron que refinanciarían la hipoteca. Sin embargo, «a la vez que me decían eso y mandaban un perito a mi casa, que me cobró otros 210 euros, me llegó una carta del juzgado con el proceso de embargo. No me dejan respirar. El más interesado en pagar soy yo. En esos tres meses estuve desesperado. No sabía qué hacer y todos los días me llegaba el aviso del banco».
En Círculo Gacela nos encontramos con muchos empresarios que están desbordados y se encuentran en mora en el pago de sus obligaciones; otros, recurren a la tarjeta de crédito para completar la cuota hipotecaria y han prescindido de servicios o productos básicos para su negocio.
En este caso, nuestros consultores financieros junto con diferentes profesionales estudiaron la forma de dar una solución global a su problema. Por un lado, el Departamento de Subvenciones se encargó de informarle de ayudas que el IGAPE ofrecía a Pymes para conseguir financiaciones a interés 0, y acto seguido el Departamento Financiero elaboró un estudio económico-financiero que nos permitió detectar que la empresa no estaba al día, así como las irregularidades que la inexperiencia les había llevado a cometer.
Por este motivo la financiación se retrasó más de lo deseado, pero con el firme propósito de buscar una solución y no un "parche".
Tuvimos que poner al día su contabilidad y solicitar un aplazamiento a la Seguridad Social. Fue entonces, una vez descubierto el problema, y resuelto debidamente, cuando el Departamento Financiero pudo solicitar la liquidez que el empresario necesitaba.
Cierto es que muchas veces vivimos momentos complicados pero la desesperación no debe cegarnos, sino motivarnos para buscar la raiz, el motivo por el que hemos llegado al punto en que estamos, y de este modo buscar una solución global y adaptada a nuestra problemática.
La crisis no afecta sólo a los bancos y a las entidades financieras, las personas están atrapadas y «abandonadas a su suerte».
Desde Círculo Gacela ponemos las herramientas necesarias para ayudar a los empresarios no solo cuando las cosas van bien, si no también en el momento que ven que han tocado fondo y "cegados" por la desesperación, no ven la forma de salir adelante y no detectan el problema que les ha llevado a esa situación.

No hay comentarios: